sábado, 19 de septiembre de 2009

Arturo y mi atlixquito

La “sangre” de Don Cuco

Héctor Estrada Casas


A Don Cuco el Guapo le veo dos valores básicos paralelos terminados. Uno, que su construcción representó una aplicación del procesador ILA 9200, diseñado en 1985 por científicos e ingenieros de Argentina, Brasil, Colombia, España y México; y dos, que su construcción dio paso a la creación de tecnología propia para purificar materia prima (el silicio) con la que se elaboraron los chips que lo componen, paso inicial por cierto que motivó la creación del laboratorio de Microprocesadores del Departamento de Electrónica del ICUAP donde, basados en el procesador ILA 9200, se diseñó la unidad de lógica algorítmica de 16 bits que se aplicó como cerebro del famoso robot pianista.

Pero voy a esto.

Con una retrospectiva simple que se detenga en el “gen” que dio con Don Cuco, se supone encontraremos arena como dato por ser el ingrediente base para la fabricación de semiconductores por sus altos porcentajes en silicio.

Alejandro Pedroza, el padre poblano de Don Cuco el Guapo, siempre se esforzó en hacer entender el gran logro que fue purificar el silicio, pues se hace a través de múltiples pasos para conseguir una alta calidad en el material; vaya, para darnos una idea, el material resultante tan sólo puede tener un átomo impuro entre mil millones de átomos de silicio, según Intell.

En esos tiempos, con el nacimiento de Don Cuco y diversos productos estaba consumada la conquista del mundo por la electrónica basada en ese material, llegando a nuestros tiempos otros ambiciosos proyectos como la obtención del láser del silicio, uno de los hitos más ansiados de la investigación en el ámbito de las telecomunicaciones.

Aún así, en la actualidad muchos investigadores ven cerca los límites físicos a la hora de miniaturizar la electrónica (nanotecnología) basada en silicio, e incluso que éste deje de ser la unidad base de manufactura para los chips de cómputo.



Por un lado se habla de que el silicio ya puede ser sustituido por el Telurio de Bismuto, un compuesto químico capaz de servir como material semiconductor de alto espectro termoeléctrico y que podría suministrar un salto mayor en el nivel de velocidad de los actuales microprocesadores de silicio e incluso convertirlos en cimientos de una nueva clase de computadoras, a decir de Yulin Chen y Zhi-Xun Shen, de la Universidad de Standford.

Y por el otro, Tomás Palacios, del Instituto de Tecnología de Massachussets nos dice que también está el Grafeno, material con el que computadoras y celulares podrían ser hasta cien veces más poderosos y veloces que los actuales. El Grafeno es un material creado con nanotubos de carbono que pueden ser tan ligeros como una hoja de papel, pero hasta 500 veces más fuertes que el acero. Es decir, este material abre un nuevo camino para los electrónicos de consumo y las computadoras al ofrecer un desempeño y velocidad nunca antes vistos en el planeta, además de que puede alumbrar el nacimiento de una nueva era en los aviones supersónicos.

La lógica de la continuidad nos dice que según todo esto, algo importante --actualizado, podría ser la palabra— hay que aplicar a Don Cuco para que no quede sólo en la idea de aportar en 1992 un robot músico a la muestra que en Sevilla conmemoró los 500 años del encuentro de dos mundos pues, escribió Norma Marcial en agosto de 2008, “sus antecedentes datan de 1985, cuando se inicio el programa de Cooperación Iberoamericana de Ciencia y Tecnología para Países de Desarrollo, denominado CYTED-D V Centenario, con el objetivo de que España financiara la movilidad de los investigadores por toda Iberoamérica y pudieran interaccionar activamente en cada una de sus disciplinas para trabajar en armonía y coordinación en el desarrollo de sus investigaciones y proyectos científicos con mayor éxito”.


Arturo, cuando dije en la presentación del libro que Don Cuco el Guapo lo mismo podía ser culminación que principio, obviamente por desconocimiento no me refería a la velocidad del fluido eléctrico en los chips del androide y cosas como esa, sino al detonante de otros proyectos que sólo pueden caber en la cabeza de Alejandro Pedroza, investigador capaz de mantenerse destacado en la vertiginosa carrera de la microelectrónica mundial.

Me refería a que al Guapo habría de llegarle un entorno de discusión, pues podría no ser el androide en sí, sino el desinterés gubernamental en contraste con la pujante inteligencia de quienes lo construyeron y que nos reivindican como país desde la observación y comportamiento de las formas minúsculas hasta su relación científica para la construcción de tecnologías.

De ahí que igual podríamos estar de acuerdo en que Don Cuco quede ahí, como ejemplo de los alcances hace 17 años, pero su fuente de inspiración y conocimiento tiene la tarea de demostrar que el androide efectivamente era principio de lo que sigue. Válido es entonces de alguna manera que hace un año el asesor técnico del invento, Mario Pérez Rivera desaprobara la idea de que el invento sea sujeto a una transformación, porque mantiene un estereotipo único que debe ser respetado.


PD ¿Y qué crees? Aarón Castillo me llamó por teléfono para hablar de la ubicación actual de Alejandro Pedroza. Así que pronto tendremos noticias de él.

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